LUCAS 1 - La Biblia Hispanoamericana (Traducción Interconfesional, versión hispanoamericana)

Introducción (1,1-4)

1Muchos son los que han intentado escribir una historia coherente de los hechos que acaecieron entre nosotros,

2tal y como nos los transmitieron quienes desde el principio fueron testigos presenciales y encargados de anunciar el mensaje., después de investigar a fondo y desde sus orígenes todo lo sucedido, también a mí me ha parecido conveniente ponértelo por escrito ordenadamente,.

6Ambos esposos eran rectos delante de Dios, intachables en el cumplimiento de todos los mandatos y disposiciones del Señor., según costumbre sacerdotal, entrar en el Templo a ofrecer el incienso. se le apareció a la derecha del altar del incienso. ni otra bebida alcohólica cualquiera; estará lleno del Espíritu Santo aun antes de nacer

18Zacarías dijo al ángel:

— Pero ¿cómo podré estar seguro de eso? Yo ya soy viejo y mi mujer tiene también muchos años.

19El ángel le contestó:

— Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios. Él me envió a hablar contigo y comunicarte esta buena noticia..

Anuncio del nacimiento de Jesús

26Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret, un pueblo de Galilea,

27a visitar a una joven virgen llamada María, que estaba prometida en matrimonio a José, un varón descendiente del rey David..

29María se quedó perpleja al oír estas palabras, preguntándose qué significaba aquel saludo.

30Pero el ángel le dijo:

— No tengas miedo, María, pues Dios te ha concedido su gracia.

31Vas a quedar embarazada, y darás a luz un hijo, al cual pondrás por nombre Jesús.

32Un hijo que será grande, será Hijo del Altísimo. Dios, el Señor, le entregará el trono de su antepasado David, y su reinado no tendrá fin.

34María replicó al ángel:

— Yo no tengo relaciones conyugales con nadie; ¿cómo, pues, podrá sucederme esto?

35El ángel le contestó:

— El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Dios Altísimo te envolverá. Por eso, el niño que ha de nacer será santo, será Hijo de Dios.María alaba al Señor

46Entonces dijo María:

— Todo mi ser ensalza al Señor.

47Mi corazón está lleno de alegría

a causa de Dios, mi Salvador,

48porque ha puesto sus ojos en mí

que soy su humilde esclava.

De ahora en adelante

todos me llamarán feliz,

49pues ha hecho maravillas conmigo

aquel que es todopoderoso,

aquel cuyo nombre es santo

50y que siempre tiene misericordia

de aquellos que le honran.

51Con la fuerza de su brazo

destruyó los planes de los soberbios.

52Derribó a los poderosos de sus tronos

y encumbró a los humildes.

53Llenó de bienes a los hambrientos

y despidió a los ricos con las manos vacías.

54Se desveló por el pueblo de Israel, su siervo,

acordándose de mostrar misericordia,

55conforme a la promesa de valor eterno

que hizo a nuestros antepasados,

a Abrahán y a todos sus descendientes.

56María se quedó unos tres meses con Isabel, y luego regresó a su casa.

Nacimiento de Juan

57Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, Isabel tuvo un hijo.

58Sus vecinos y parientes se enteraron de este gran don que el Señor, en su misericordia, le había concedido, y acudieron a felicitarla.

59A los ocho días del nacimiento llevaron a circuncidar al niño. Todos querían que se llamase Zacarías como su padre;

61Ellos, entonces, le hicieron notar:

— Nadie se llama así en tu familia.

62Así que se dirigieron al padre y le preguntaron por señas qué nombre quería poner al niño.

63Zacarías pidió una tablilla de escribir y puso en ella: “Su nombre es Juan”, con lo que todos se quedaron asombrados.

64En aquel mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios,

65de modo que los vecinos que estaban viendo lo que pasaba se llenaron de temor. Todos estos acontecimientos se divulgaron por toda la región montañosa de Judea.

66Y cuantos oían hablar de lo sucedido, se quedaban muy pensativos y se preguntaban: “¿Qué va a ser este niño?”. Porque era evidente que el Señor estaba con él.

La profecía de Zacarías

67Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y habló proféticamente diciendo:

68¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,

que ha venido a auxiliar

y a dar la libertad a su pueblo!

69Nos ha suscitado un poderoso salvador

de entre los descendientes de su siervo David.

70Esto es lo que había prometido desde antiguo

por medio de sus santos profetas:

71que nos salvaría de nuestros enemigos

y del poder de los que nos odian,

72mostrando así su compasión

con nuestros antepasados

y acordándose de cumplir su santa alianza.

73Y este es el firme juramento

que hizo a nuestro padre Abrahán:

74que nos libraría de nuestros enemigos,

para que, sin temor alguno, le sirvamos

75santa y rectamente en su presencia

a lo largo de toda nuestra vida.

76En cuanto a ti, hijo mío,

serás profeta del Dios Altísimo,

porque irás delante del Señor

para preparar su venida

77y anunciar a su pueblo la salvación

mediante el perdón de los pecados.

78Y es que la misericordia entrañable de nuestro Dios,

nos trae de lo alto un nuevo amanecer

79para llenar de luz a los que viven

en oscuridad y sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos por caminos de paz.

80El niño creció y su espíritu se fortaleció. Y estuvo viviendo en lugares desiertos hasta el día en que se presentó ante el pueblo de Israel.

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