1Jesús les contó entonces esta parábola:
— Un hombre plantó una viña, la cercó con una valla, construyó un lagar y levantó una torre
; luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. de la viña.3Pero ellos le echaron mano al criado, lo golpearon y lo mandaron de vuelta con las manos vacías.
4Volvió a enviarles otro criado, y ellos lo hirieron en la cabeza y lo llenaron de injurias.
5Luego mandó a otro, y a este lo asesinaron. Y lo mismo hicieron con otros muchos; a unos los hirieron y a otros los mataron.
6Cuando al amo ya únicamente le quedaba su hijo querido, lo envió por último a los viñadores pensando: “A mi hijo lo respetarán”..
9¿Qué hará, pues, el dueño de la viña? Llegará, hará perecer a esos labradores y dará la viña a otros.
10¿No han leído ustedes este pasaje de las Escrituras:
La piedra que desecharon los constructores,
se ha convertido en la piedra principal.
11 Esto lo ha hecho el Señor,
y nos resulta verdaderamente maravilloso?
12Sus adversarios comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataban de apresarlo, aunque finalmente desistieron y se marcharon, porque temían a la gente.La cuestión del tributo al emperador(Mt 22,15-22; Lc 20,20-26)
13Los fariseos y los del partido de Herodes enviaron algunos de los suyos con el encargo de sorprender a Jesús en alguna palabra comprometedora. al emperador romano? ¿Tenemos o no tenemos que dárselo?
15Jesús, conociendo la hipocresía que había en ellos, les contestó:
— ¿Por qué me ponen trampas? Tráiganme un denario para que yo lo vea.
16Ellos se lo presentaron y Jesús les preguntó:
— ¿De quién es esta efigie y esta inscripción?
Le contestaron:
— Del emperador.
17Entonces Jesús les dijo:
— Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.
Con esta respuesta quedaron estupefactos.La cuestión de la resurrección(Mt 22,23-33; Lc 20,27-40)
18Después de esto vinieron unos saduceos que, como dicen que no hay resurrección, hicieron a Jesús esta pregunta:
19— Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de uno muere y deja esposa, pero no hijos, el hermano mayor superviviente deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano difunto
., en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.32El maestro de la ley contestó a Jesús:
— ¡Muy bien, Maestro! Es cierto lo que dices: Dios es único y no hay otro fuera de él.¿De quién es hijo el Mesías?(Mt 22,41-46; Lc 20,41-44)
35Jesús estaba enseñando en el Templo e interpelaba a sus oyentes diciendo:
— ¿Cómo es que los maestros de la ley dicen que el Mesías es hijo de David?
“Siéntate a mi derecha
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies”.
37Pues si el propio David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede el Mesías ser hijo suyo?
Y era mucha la gente que disfrutaba escuchando a Jesús.Contra los maestros de la ley(Mt 23,1-36; Lc 20,45-47)
38Decía también Jesús en su enseñanza:
— Cuídense de esos maestros de la ley, a quienes les agrada pasear vestidos con ropaje suntuoso, ser saludados en público
39y ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes.
40¡Esos que devoran las haciendas de las viudas, recitando largas oraciones para disimular, recibirán el más severo castigo!
La ofrenda de la viuda(Lc 21,1-4)41Estaba Jesús sentado frente al arca de las ofrendas y miraba cómo la gente echaba dinero en ella. Muchos ricos echaban en cantidad..
43Jesús llamó entonces a los discípulos y les dijo:
— Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el arca más que todos los demás.
44Porque todos los otros echaron lo que les sobraba, pero ella, dentro de su necesidad, ha echado cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.
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