JOEL 1 - La Biblia Hispanoamericana (Traducción Interconfesional, versión hispanoamericana)

Título

1Palabras que el Señor comunicó a Joel, hijo de Petuel.

El día del Señor (1—3)Relato de plagas y sequía

2¡Oigan esto ustedes, los ancianos;

habitantes todos del país, escuchen!

¿Aconteció algo igual en sus días

o en los días de sus antepasados?

3Cuéntenselo a sus hijos,

sus hijos a los suyos,

y sus hijos a una nueva generación.

4Lo que dejó la “devastadora”

lo comió la “acaparadora”;

lo que dejó la “acaparadora”

lo comió la “lamedora”,

y lo que dejó la “lamedora”

lo comió la “devoradora”.

5Despierten, los embriagados, y lloren.

Giman, los bebedores de vino,

por el mosto que se les ha quitado de la boca.

6Porque un pueblo ha invadido mi tierra;

es poderoso e innumerable;

sus dientes son dientes de león,

y tiene muelas como de leona.

7Ha asolado mi viñedo,

ha destrozado mis higueras,

las ha descortezado del todo

haciendo blanquear sus ramas;

luego las ha derribado.

8Llora tú como una joven vestida de luto

por causa del marido de su juventud.

9Ofrenda y libación han cesado

en el Templo del Señor;

hacen duelo los sacerdotes,

los servidores del Señor.

10El campo está devastado,

enlutada la tierra;

el trigo se ha perdido,

se echa en falta el mosto,

se ha agotado el aceite.

11Constérnense, labradores,

giman, viñadores,

pues se ha echado a perder

la cosecha del trigo y la cebada.

12Está reseco el viñedo

y marchita la higuera,

así como el granado,

el manzano y la palmera:

se han secado por completo

todos los árboles del campo.

Incluso entre la gente

ha desaparecido la alegría.

Convocatoria al ayuno y la oración

13Vístanse de luto y lloren, sacerdotes;

giman ustedes, servidores del altar;

vengan a dormir sobre esteras,

ustedes, los que sirven a mi Dios,

pues ofrenda y libación han cesado

en el Templo de su Dios.

14Promulguen un ayuno,

convoquen una asamblea,

reúnan a los ancianos

y a todos los que habitan el país

en el Templo del Señor, su Dios,

y clamen al Señor.Anuncio del día del Señor

15¡Ay, qué terrible aquel día!

Porque el día del Señor está cerca;

la destrucción del Destructor

está a punto de llegar.

16Ante nuestros propios ojos

nos ha sido arrebatada la comida

junto con la alegría y el gozo

en el Templo de nuestro Dios.

17Las semillas se han podrido

debajo de los terrones;

están los graneros en ruinas

y los silos derruidos,

porque el trigo se ha perdido.

18¡Cómo muge el ganado!

Deambula vacilante la vacada

porque no encuentra pastos;

también las ovejas desfallecen.

19A ti clamo, Señor,

porque el fuego ha consumido

los matorrales de la estepa,

y las llamas han abrasado

todos los árboles del campo.

20Incluso las bestias salvajes

braman dirigiéndose a ti,

porque se han secado los arroyos

y el fuego ha consumido

los matorrales de la estepa.

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