1Hijo mío, si te acercas a servir al Señor,
prepárate para ser puesto a prueba.
2Mantente firme, ármate de valor
y no te acobardes cuando llegue la adversidad.
3Únete al Señor y no te separes de él
para que termines prósperamente tus días.
4Acepta cuanto pueda sucederte
y lleva con paciencia reveses y humillaciones;
5porque el oro se acrisola en el fuego,
y los que tratan de agradar a Dios,
en el horno de la humillación.Confianza en el Señor
6Confía en el Señor y él te ayudará,
pórtate rectamente y pon en él tu esperanza.
7Honren al Señor, esperen su misericordia
y no se desvíen, para que no caigan.
8Los que honran al Señor, confíen en él
y no quedaran sin recompensa.
9Los que honran al Señor,
esperen que los colme de bienes,
de alegría perpetua y de misericordia.
10Fíjense en las generaciones pasadas:
¿Quién se fió del Señor y se vio defraudado?
¿Quién le honró fielmente y quedó sin amparo?
¿Quién lo invocó y fue desatendido?
11Porque el Señor es compasivo y misericordioso,
perdona los pecados y salva en la desgracia.
12Pero ¡ay de los cobardes y los perezosos,
del pecador que lleva una doble vida!
13¡Ay del corazón apocado y falto de confianza;
privado quedará de toda protección!
14¡Ay de los que han perdido la paciencia!
¿Qué harán cuando el Señor les tome cuentas?
15Los que honran al Señor obedecen sus mandatos;
quienes lo aman, caminan por sus sendas.
16Los que honran al Señor procuran complacerlo,
los que lo aman se alimentan de su ley.
17Los que honran al Señor
están siempre a su disposición,
no dudan en humillarse ante él.
18Caigamos en manos del Señor
antes que en manos humanas,
pues su bondad iguala su grandeza.
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