1Al amanecer, habiéndose reunido a deliberar los jefes de los sacerdotes, junto con los ancianos, los maestros de la ley y el Consejo Supremo en pleno, llevaron atado a Jesús y se lo entregaron a Pilato..
3Los jefes de los sacerdotes no dejaban de acusarlo;
4así que Pilato le preguntó otra vez:
— ¿No respondes nada? ¡Mira cómo te están acusando!
5Pero Jesús no contestó, de manera que Pilato se quedó extrañado.
Jesús sentenciado a muerte(Mt 27,15-26; Lc 23,13-25; Jn 18,39-40; 19,1.4-16)6En la fiesta de la Pascua, Pilato concedía la libertad a un preso, el que le pidieran.
7Había entonces un preso llamado Barrabás que, junto con otros sediciosos, había cometido un asesinato en un motín.
8Cuando llegó la gente y se pusieron a pedir a Pilato que hiciera como tenía por costumbre,
9Pilato les contestó:
— ¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?
10Pues se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
11Pero estos incitaron a la gente para que les soltara a Barrabás.
14Pilato preguntó:
— Pues ¿cuál es su delito?
Pero ellos gritaban más y más:
— ¡Crucifícalo!
15Entonces Pilato, queriendo contentar a la gente, ordenó que pusieran en libertad a Barrabás y les entregó a Jesús para que lo azotaran y lo crucificaran.Los soldados se burlan de Jesús(Mt 27,27-31; Jn 19,2-3)
16Los soldados llevaron a Jesús al interior del palacio, es decir, al pretorio. Reunieron allí a toda la tropa,
17le pusieron un manto de púrpura y una corona de espinas en la cabeza,
18y empezaron a saludarlo:
— ¡Viva el rey de los judíos!
19Le golpeaban la cabeza con una caña, lo escupían y, poniéndose de rodillas ante él, le hacían reverencias..
22Llevaron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa lugar de la Calavera.
23Allí le dieron vino mezclado con mirra, pero él lo rechazó., uno a su derecha y otro a su izquierda.
28[Así se cumplió la Escritura que dice: Fue incluido entre los criminales].
29Los que pasaban lo insultaban y, meneando la cabeza, decían:
— ¡Eh, tú que derribas el Templo y vuelves a edificarlo en tres días:.
34A esa hora Jesús gritó con fuerza:
— ¡Eloí, Eloí! ¿lemá sabaqtaní
? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”).35Lo oyeron algunos de los que estaban allí y comentaron:
— Miren, está llamando a Elías.
36Uno de ellos fue corriendo a empapar una esponja en vinagre, y con una caña se la acercó a Jesús para que bebiera, diciendo:
— Dejen, a ver si viene Elías a librarlo.
37Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, murió.
38Entonces la cortina del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
39El comandante de la guardia, que estaba frente a Jesús, al ver cómo había muerto, dijo:
— ¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!
40Había también algunas mujeres contemplándolo todo desde lejos. Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé;
41eran las que, cuando Jesús estaba en Galilea, lo habían seguido y atendido. Y había también otras muchas que habían venido con él a Jerusalén.
Jesús es sepultado(Mt 27,57-61; Lc 23,50-56; Jn 19,38-42)42Ya al atardecer, como era el día de la preparación, esto es, la víspera del sábado,
43José de Arimatea, miembro distinguido del Consejo, que esperaba también el reino de Dios, se presentó valerosamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
44Pilato, extrañado de que ya hubiera muerto, mandó llamar al comandante de la guardia para preguntarle si efectivamente había muerto ya.
45Debidamente informado por el comandante, Pilato mandó entregar el cuerpo a José.
46Este lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana que había comprado y lo puso en un sepulcro excavado en la roca. Después hizo rodar una piedra, cerrando con ella la entrada del sepulcro.
47María Magdalena y María la madre de José miraban dónde lo ponía.
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