JOSUÉ 6 - La Biblia Hispanoamericana (Traducción Interconfesional, versión hispanoamericana)

Etapas de la conquista (6—11)Conquista de Jericó

1Jericó estaba cerrada a cal y canto por miedo a los israelitas: nadie podía entrar ni salir.

2El Señor dijo a Josué:

— Mira, yo te entrego a Jericó y a su rey.

3Todos los guerreros de ustedes darán cada día una vuelta alrededor de la ciudad. Así durante seis días.

4Siete sacerdotes llevarán delante del Arca siete trompetas de cuerno de carnero. El séptimo día darán ustedes siete vueltas a la ciudad y los sacerdotes tocarán las trompetas.

5Cuando los sacerdotes toquen el cuerno de carnero y oigan ustedes el sonar de la trompeta, todo el pueblo prorrumpirá en un poderoso grito de guerra y la muralla de la ciudad se derrumbará. El pueblo se lanzará entonces al asalto cada uno por enfrente de donde está.

6Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo:

— Tomen el Arca de la alianza y que siete sacerdotes vayan delante del Arca del Señor llevando siete trompetas de cuerno de carnero.

7Y al pueblo le dijo:

— Pónganse en marcha y den una vuelta a la ciudad; que los que van armados se coloquen delante del Arca del Señor.

8En cuanto acabó de hablar Josué al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Arca del Señor se pusieron en marcha y tocaron las trompetas; el Arca de la alianza del Señor iba tras ellos;

9los que iban armados marchaban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, mientras la retaguardia caminaba detrás del Arca al son de las trompetas.

10Josué había dado esta orden al pueblo:

— No lancen gritos de guerra ni dejen oír sus voces: que no salga ni una palabra de su boca, hasta el día en que yo les mande lanzar el grito de guerra. Entonces lo lanzarán.

11Hizo, pues, Josué que dieran una vuelta a la ciudad con el Arca del Señor, rodeándola una vez; luego regresaron al campamento, donde pasaron la noche.

12Josué se levantó de madrugada y los sacerdotes cargaron a hombros el Arca del Señor.

13Los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Arca del Señor, iban tocando las trompetas según caminaban. Los que iban armados marchaban delante de ellos mientras la retaguardia desfilaba detrás del Arca del Señor al son de las trompetas.

14El segundo día dieron otra vuelta a la ciudad y regresaron al campamento. Así durante seis días.

15El séptimo día, se levantaron de madrugada y, siguiendo el mismo ritual, dieron siete vueltas a la ciudad; únicamente el séptimo día dieron siete vueltas a la ciudad.

16A la séptima vuelta, los sacerdotes tocaron las trompetas y Josué dijo al pueblo:

— ¡Lancen el grito de guerra, porque el Señor les ha entregado la ciudad!

17La ciudad, con todo lo que hay en ella, será consagrada al exterminio en honor del Señor. Sólo quedará con vida Rajab, la prostituta, junto con todos los que están con ella en su casa, pues ocultó a los exploradores que enviamos a Jericó.

18Pero ustedes, guárdense de quedarse con algo consagrado al exterminio, pues si se dejan llevar de la codicia y se quedan con algo de lo que está consagrado, acarrearían la desgracia a todo el campamento de Israel convirtiéndolo en objeto de exterminio.

20El pueblo lanzó el grito de guerra y sonaron las trompetas. Al escuchar el pueblo el sonar de la trompeta, lanzó un poderoso grito de guerra y la muralla se desplomó. El pueblo asaltó la ciudad, cada uno por enfrente de donde se encontraba, y se apoderaron de ella. de Israel.

24Luego prendieron fuego a la ciudad con todo lo que contenía. Sólo la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los depositaron en el tesoro de la casa del Señor.

25Pero Josué respetó la vida de Rajab, la prostituta, así como la de la familia de su padre y la de todos los suyos que continúan viviendo en medio de Israel hasta el día de hoy. Todo ello porque Rajab escondió a los espías que envió Josué a explorar Jericó.

Maldición contra quien reconstruya Jericó

26En aquella ocasión Josué pronunció este juramento:

— ¡Maldito sea ante el Señor quien se atreva a reconstruir esta ciudad! ¡Echar sus cimientos le costará la vida de su primogénito, y asentar sus puertas la de su hijo menor!

27Y el Señor estuvo con Josué, cuya fama se divulgó por toda la tierra.

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