1El Señor Dios me mostró una canasta de frutas maduras,
no le toleraré más.
3Ese día —oráculo del Señor Dios—
los cantos de palacio se volverán lamentos,
y serán innumerables los cadáveres
que serán desparramados en silencio.
Contra los explotadores4Escuchen esto, los que aplastan al pobre y quieren eliminar a la gente humilde del país, aumentaremos el peso del siclo y falsearemos las balanzas.; incluso haremos negocio con el salvado del trigo”.,
crecerá y decrecerá como el río de Egipto.Un terrible castigo
9Aquel día —oráculo del Señor Dios—
haré que el sol se ponga a mediodía
y que, a pleno sol, se oscurezca la tierra.
10Convertiré en duelo las fiestas de ustedes,
en lamentaciones sus cánticos.
Haré que todos se vistan de sayal
y tengan que raparse la cabeza.
Será como llanto por el hijo único
con un final preñado de amargura.
11Vendrán días —oráculo del Señor Dios—
en que enviaré el hambre a este país;
no será hambre de pan ni sed de agua,
sino de oír la palabra del Señor.
12Andarán errantes de mar a mar,
desde el septentrión hasta el oriente;
buscarán la palabra del Señor,
pero no lograrán encontrarla.
13Aquel día desfallecerán de sed
las hermosas muchachas y los jóvenes;
14y también los que juran
por el ídolo de Samaría, diciendo:
“Lo juro, Dan, por quien adoras como dios;
y lo juro también, Berseba, por tu dios”.
Caerán a tierra y no se levantarán.
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