1Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante treinta y un años. Su madre se llamaba Jedidá y era hija de Adaías, natural de Boscat.
2Actuó correctamente ante el Señor y siguió siempre las huellas de su antepasado David, sin desviarse lo más mínimo.
El Libro de la Ley(2 Cr 34,8-11.15-28)3En el año décimo octavo del reinado de Josías, el rey envió al Templo al secretario Safán, hijo de Asalías y nieto de Mesulán, con este mensaje:
4— Sube a ver al sumo sacerdote Jilquías y dile que prepare el dinero del Templo aportado por la gente y recogido por los porteros..
Jilquías entregó el libro a Safán y este lo leyó.
9Luego se presentó al rey para informarle:
— Tus servidores han recogido el dinero que había en el Templo y se lo han entregado a los constructores encargados de las obras del Templo.
10Luego Safán dio la noticia al rey:
— El sacerdote Safán me ha entregado un libro.
Y Safán se lo leyó al rey.
11Cuando el rey oyó las palabras del Libro de la Ley, se rasgó las vestiduras
12y ordenó al sacerdote Jilquías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, al secretario Safán y a Asayá, el oficial del rey:
13— Vayan a consultar al Señor por mí y por todo el pueblo de Judá sobre el contenido de este libro que se acaba de encontrar, pues el Señor estará muy furioso contra nosotros, ya que nuestros antepasados no han obedecido las palabras de este libro ni han cumplido todo cuanto está escrito en él.
14El sacerdote Jilquías, Ajicán, Abcor, Safán y Asayá fueron a visitar a la profetisa Julda, esposa de Salún, el hijo de Ticuá y nieto de Jarjás, encargado del guardarropa, que vivía en el Barrio Nuevo de Jerusalén, y le contaron el asunto.
15Ella les contestó:
— Esto dice el Señor, Dios de Israel: Digan al hombre que los ha enviado:
16“Así dice el Señor: Voy a traer la desgracia sobre este lugar y sus habitantes, de acuerdo con el contenido de este libro que ha leído el rey de Judá.
17Puesto que me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, provocando mi indignación con todas sus acciones, mi cólera arderá contra este lugar y no se apagará”.
18Y al rey de Judá que los ha enviado a consultar al Señor le dirán: “Esto dice el Señor, Dios de Israel, con relación a las palabras que has escuchado:
19Puesto que te has conmovido de corazón y te has humillado ante el Señor, al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, que se convertirán en objeto de ruina y maldición; puesto que has desgarrado tus vestiduras y has llorado ante mí, yo también te he escuchado —oráculo del Señor—. y no llegarás a ver toda la desgracia que voy a traer sobre este lugar”.
Entonces los enviados llevaron la respuesta al rey.
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