1Miren, yo envío mi mensajero para que abra camino delante de mí. Luego el Señor a quien ustedes buscan vendrá súbitamente a su Templo. Vean cómo viene el mensajero de la alianza a quien ustedes desean —dice el Señor del universo—. al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.
Denuncia del fraude en los diezmos6Yo, el Señor, no cambio, pero ustedes no han dejado de ser hijos de Jacob.
7Desde los días de sus antecesores se apartaron de mis preceptos y continúan incumpliéndolos. ¡Vuélvanse a mí y yo me volveré hacia ustedes!, —dice el Señor del universo—. Sin embargo, ustedes replican: “¿En qué hemos de cambiar?”.
8¿Acaso es justo que una persona defraude al Señor como ustedes me están defraudando? De nuevo replican: “¿En qué te hemos defraudado?”. ¡En los diezmos y en las ofrendas!
9Por eso están amenazados de maldición, porque todos ustedes, la nación entera, no cesan de defraudarme.
10Traigan los diezmos íntegros a los almacenes del Templo para que no falten víveres en él; pónganme a prueba procediendo así —dice el Señor del universo— y verán cómo abro las ventanas del cielo para derramar sobre ustedes bendiciones a raudales., ardiente como un horno, en que todos los soberbios y todos los que actúan con maldad serán como paja. Ese día, que ya se acerca, los abrasará hasta que no quede de ellos ni rama ni raíz —dice el Señor del universo—.
20Sin embargo, para ustedes, los que honran mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo curación en sus alas. Entonces saldrán saltando como los terneros del establo.
21El día en que yo intervenga, ustedes pisotearán a los malvados como si fueran ceniza bajo la planta de sus pies —dice el Señor del universo—.
Elías, predecesor para la reconciliación22Recuerden la ley de Moisés, mi siervo, porque a él le encomendé en Horeb leyes y preceptos para todo Israel.
23Estén atentos porque yo les enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, día grande y terrible,
24para que haga cambiar el corazón de los padres en favor de los hijos, y el corazón de los hijos en favor de sus padres, de forma que, cuando yo llegue, no tenga que someter el país al exterminio.
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