1Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y de los Panes sin levadura, y los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley andaban buscando el modo de tender una trampa a Jesús para prenderlo y matarlo. auténtico y muy valioso. Rompió el frasco y vertió el perfume sobre la cabeza de Jesús. y haber entregado el importe a los pobres”. Así que murmuraban contra aquella mujer.
6Pero Jesús les dijo:
— Déjenla. ¿Por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo es bueno.
7A los pobres los tendrán siempre entre ustedes y podrán hacerles todo el bien que ustedes quieran; pero a mí no me tendrán siempre.., se recordará también a esta mujer y lo que hizo.Judas traiciona a Jesús(Mt 26,14-16; Lc 22,3-6)
10Entonces Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a hablar con los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús., cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús:
— ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?
13Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles:
— Vayan a la ciudad y encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo
14y, allí donde entre, díganle al dueño de la casa: “El Maestro dice: ¿Cuál es la estancia donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?”.
15Él les mostrará en el piso de arriba una sala amplia, ya dispuesta y arreglada. Prepárenlo todo allí para nosotros.
16Los discípulos salieron y fueron a la ciudad, donde encontraron todo como Jesús les había dicho. Y prepararon la cena de Pascua.
Jesús anuncia la traición de Judas(Mt 26,20-25; Lc 22,14.21-23; Jn 13,21-30)17Al anochecer llegó Jesús con los Doce, se sentaron a la mesa
18y mientras estaban cenando, Jesús dijo:
— Les aseguro que uno de ustedes va a traicionarme. Uno que está comiendo conmigo.
19Se entristecieron los discípulos y uno tras otro comenzaron a preguntarle:
— ¿Acaso seré yo, Señor?
20Jesús les dijo:
— Es uno de los Doce; uno que ha tomado un bocado de mi propio plato.
21Es cierto que el Hijo del hombre tiene que seguir su camino, como dicen de él las Escrituras. Sin embargo, ¡ay de aquel que traiciona al Hijo del hombre! Mejor le sería no haber nacido.
La cena del Señor(Mt 26,26-30; Lc 22,14-23; 1 Co 11,23-25)22Durante la cena, Jesús tomó pan, bendijo a Dios, lo partió y se lo dio diciendo:
— Tomen, esto es mi cuerpo.
23Tomó luego en sus manos una copa, dio gracias a Dios y la pasó a sus discípulos. Y bebieron todos de ella...
Jesús predice la negación de Pedro(Mt 26,31-35; Lc 22,31-34; Jn 13,36-38)27Jesús les dijo:
— Todos me van a abandonar, porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.Oración de Jesús en Getsemaní(Mt 26,36-46; Lc 22,39-46)
32Llegados al lugar llamado Getsemaní, Jesús dijo a sus discípulos:
— Quédense aquí sentados mientras yo voy a orar.
33Se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse atemorizado y angustiado.
34Les dijo:
— Me está invadiendo una tristeza de muerte. Quédense aquí y manténganse vigilantes.
35Se adelantó unos pasos más y, postrándose en tierra, oró pidiéndole a Dios que, si era posible, pasara de él aquel trance.
36Decía:
— ¡Abba, Padre, todo es posible para ti! Líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
37Volvió entonces y, al encontrar dormidos a los discípulos, dijo a Pedro:
— Simón, ¿duermes? ¿Ni siquiera has podido velar una hora?
38Manténganse vigilantes y oren para que no desfallezcan en la prueba. Es cierto que tienen buena voluntad, pero les faltan las fuerzas.
39Otra vez se alejó de ellos y oró diciendo lo mismo.
40Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos y volvió a encontrarlos dormidos, pues tenían los ojos cargados de sueño. Y no supieron qué contestarle.
41Cuando volvió por tercera vez, les dijo:
— ¿Aún siguen durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
42Levántense, vámonos. Ya está aquí el que me va a entregar.
Jesús es arrestado(Mt 26,47-56; Lc 22,47-53; Jn 18,1-12)43Todavía estaba Jesús hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce. Venía acompañado de un tropel de gente armada con espadas y garrotes, que habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos.
44Judas, el traidor, les había dado esta contraseña:
— Aquel a quien yo bese, ese es. Aprésenlo y llévenselo bien sujeto.
45Al llegar, se acercó en seguida a Jesús y le dijo:
— ¡Maestro!
Y lo besó.
46Los otros, por su parte, echando mano a Jesús, lo apresaron.
47Uno de los que estaban con él sacó la espada y, de un golpe, le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote.
50Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. andaban buscando un testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte; pero no lo encontraban
56porque, aunque muchos testificaban falsamente contra él, sus testimonios no concordaban.
57Algunos se levantaron y testificaron en falso contra Jesús, diciendo:
58— Nosotros lo hemos oído afirmar: “Yo derribaré este Templo obra de manos humanas y en tres días construiré otro que no será obra humana”.
59Pero ni aun así conseguían hacer coincidir los testimonios.
60Poniéndose, entonces, de pie en medio de todos, el sumo sacerdote preguntó a Jesús:
— ¿No tienes nada que alegar a lo que estos testifican contra ti?
61Pero Jesús permaneció en silencio, sin contestar ni una palabra. El sumo sacerdote insistió preguntándole:
— ¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?
62Jesús respondió:
— Sí, lo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado junto al Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.
63Al oír esto, el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y exclamó:
— ¿Para qué necesitamos más testimonios?
64¡Ya han oído su blasfemia! ¿Qué les parece?
Todos juzgaron que merecía la muerte.!
Y también los criados le daban bofetadas.
Pedro niega a Jesús(Mt 26,69-75; Lc 22,54-62; Jn 18,15-18.25-27)66Entre tanto, Pedro estaba abajo, en el patio de la casa. Llegó una criada del sumo sacerdote
67y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, lo miró atentamente y dijo:
— Oye, tú también estabas con Jesús, el de Nazaret.
68Pedro lo negó, diciendo:
— Ni sé quién es ese ni de qué estás hablando.
Y salió al vestíbulo. Entonces cantó un gallo.
69La criada lo volvió a ver y dijo de nuevo a los que estaban allí:
— Este es uno de ellos.
70Pedro lo negó otra vez. Poco después, algunos de los presentes insistieron dirigiéndose a Pedro:
— No cabe duda de que tú eres de los suyos, pues eres galileo.
71Entonces él comenzó a jurar y perjurar:
— ¡No sé quién es ese hombre del que ustedes hablan!
72Al instante cantó un gallo por segunda vez y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: “Antes que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres veces”. Y se echó a llorar.
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