2Les asignó días contados y un tiempo preciso,
les concedió poder sobre todo lo que hay en la tierra.
3Los hizo partícipes de una fuerza semejante a la suya
y a su propia imagen los creó.
4Hizo que todas las demás criaturas los respetaran
dándoles dominio sobre las bestias y las aves.
6De discernimiento, lengua y ojos los dotó,
junto con oídos y un corazón para pensar.
7Los colmó de un saber inteligente
y les dio a conocer el bien y el mal.
8Iluminó su interior con luz divina
para mostrarles la grandeza de sus obras.
10De esta manera alabarán su santo nombre
y proclamarán que sus obras son excelsas.
11Les concedió también capacidad de entender
y en herencia les dejó una ley que es fuente de vida.
12Estableció con ellos una alianza perpetua
y les dio a conocer sus decretos.
13Sus ojos contemplaron su inmensa grandeza
y sus oídos escucharon el esplendor de su voz.
14Les dijo: “No cometan iniquidad”;
y a todos impuso deberes con el prójimo.
Nada se oculta al Señor15El Señor conoce a fondo el proceder humano
y nada escapa a su mirada perspicaz.
17Cuando distribuyó sobre la tierra las naciones,
al frente de cada una puso un gobernante;
pero la porción del Señor es Israel.
19Toda acción humana es clara como el sol ante el Señor,
no hay comportamiento que se esconda a su mirada;
20ninguna conducta inicua se le oculta
ni hay pecado que no esté presente ante el Señor.
22Socorrer al necesitado es algo precioso para el Señor,
conserva su recuerdo como si fuera la niña de sus ojos.
23Al final no dudará en recompensarlo
dando a cada uno el premio que merece.Invitación a la conversión
24El Señor permite a los arrepentidos que vuelvan a él
y consuela a quienes han perdido la esperanza.
25Vuélvete, pues, al Señor y abandona el pecado;
ora sinceramente y disminuirán las dificultades.
26Retorna al Altísimo, aléjate de la iniquidad
y aborrece la idolatría con toda tu alma.
27¿Quién alabará al Altísimo en el reino de la muerte
si sólo los que viven pueden darle gracias?
28El que está muerto ni existe ni puede dar gracias;
sólo el que vive y está sano puede alabar al Señor.
29Nada hay más grande que la misericordia del Señor,
nada como su perdón para quienes se convierten a él.
30No todo es posible a los humanos,
pues no es inmortal el ser humano.
31¿Qué hay más brillante que el sol?
Y, sin embargo, también tiene eclipses;
lo que sólo es carne y sangre, maquina el mal.
32El Señor pasa revista a los ejércitos del cielo;
los humanos no son más que polvo y ceniza.
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