2Acuérdate del camino que durante cuarenta años el Señor tu Dios te hizo recorrer por el desierto para afligirte y ponerte a prueba, con el fin de conocer las inclinaciones de tu corazón y ver si cumplirías sus mandamientos.
3Te afligió y te hizo pasar hambre, y después te alimentó con el maná —comida que ni tú ni tus antepasados conocían—, con lo que te enseñó que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.
4Durante esos cuarenta años no se desgastó la ropa que llevabas puesta, ni se te hincharon los pies.;
10entonces, comerás hasta saciarte y bendecirás al Señor tu Dios por la fabulosa tierra que te habrá dado.
11Pero, ten mucho cuidado, no sea que te olvides del Señor tu Dios y dejes de cumplir los estatutos, normas y preceptos que yo te prescribo hoy. y escorpiones; que en esa tierra reseca y sedienta hizo brotar de la dura roca agua para ti;Ex 17,1-7; Nm 20,1-13; ver Dt 32,13; Sal 114,8.
16que te alimentó en el desierto con el maná, un alimento que no conocieron tus antepasados. El Señor te afligió y te probó, para al final hacerte dichoso.
17Que no se te ocurra pensar: “He alcanzado esta prosperidad gracias a mi esfuerzo y mis propios medios”.
18Recuerda que ha sido el Señor tu Dios quien te ha dado las fuerzas para obtener esa prosperidad; así ha confirmado hoy la alianza que juró a tus antepasados.
19Pero si llegas a olvidarte del Señor tu Dios y sigues a otros dioses, rindiéndoles culto y adorándolos, ten por seguro, desde ahora, que perecerán irremisiblemente.
20De la misma manera que el Señor va a ir destruyendo a las naciones que encuentren a su paso, así perecerán también ustedes por haber desobedecido al Señor su Dios.
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