1Entonces Samuel tomó la aceitera, la derramó sobre la cabeza de Saúl y lo besó, diciendo:
— El Señor te unge como jefe de su pueblo. y tú se los aceptarás.
5Luego llegarás a Guibeá de Dios donde está el destacamento filisteo y, al entrar en la ciudad, te tropezarás con un grupo de profetas que bajan del santuario en trance profético, precedidos de arpas, tambores, flautas y cítaras.
6Entonces te invadirá el espíritu de Dios que te transformará en otra persona, y profetizarás con ellos.
7Cuando te hayan ocurrido estas señales, actúa como quieras, porque Dios está contigo.
8Luego desciende a Guilgal antes de que yo lo haga, pues también yo bajaré contigo para ofrecer holocaustos y sacrificios de comunión. Espera siete días hasta que me reúna contigo y te indique lo que tienes que hacer.
9En cuanto Saúl se dio la vuelta, despidiéndose de Samuel, Dios le cambió el corazón y aquel mismo día le ocurrieron todas estas señales.
10Cuando llegaron a Guibeá, les salió al encuentro un grupo de profetas. Entonces el espíritu de Dios invadió a Saúl y se puso a profetizar con ellos..
13Cuando acabó de profetizar, Saúl volvió a su casa.
14Su tío les preguntó a él y a su criado:
— ¿Dónde han ido?
Y él contestó:
— A buscar las asnas; pero como no aparecían, fuimos a ver a Samuel.
15Su tío le dijo:
— Cuéntame qué les ha dicho Samuel.
16Respondió:
— Nos aseguró que las asnas habían aparecido.
Pero no le mencionó nada del asunto de la realeza del que le había hablado Samuel.
Proclamación de Saúl como rey17Samuel convocó al pueblo ante el Señor en Mispá
18y habló así a los israelitas:
— Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de Egipto y los libré del poder de los egipcios y de todos los reyes que los oprimían”. en la tribu de Benjamín. entre el equipaje.
23Corrieron a sacarlo de allí y se presentó ante el pueblo: destacaba entre toda la gente, sacándoles la cabeza.
24Entonces Samuel dijo a todo el pueblo:
— ¿Han visto al elegido del Señor? En todo el pueblo no hay quien se le pueda comparar.
Y todo el pueblo aclamó:
— ¡Viva el rey!
25Entonces Samuel expuso al pueblo el protocolo real y lo escribió en un libro que depositó ante el Señor. Luego despidió al pueblo, y se fueron cada uno a su casa..
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