EL APOCALIPSIS DE JUAN 3 - Segun el Texto Bizantino 2005

A la iglesia en Sardis

1Y escribe al ángel de la iglesia en Sardis:

Estas cosas dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

2¡Despierta!, y afirma las cosas que quedan, que estás para desechar; porque no he hallado tus obras perfectas delante de mi Dios.

3Recuerda, por tanto, cómo has recibido y oído, y guárdalo, y arrepiéntete. Si, pues, no despiertas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

4Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestidos; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos.

5El que venza será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

6El que tiene oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

A la iglesia en Filadelfia

7Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia:

Estas cosas escribe el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie la cerrará, sino el que abre; y nadie abrirá.

8Conozco tus obras; he aquí, he dado delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

9He aquí, doy de la sinagoga de Satanás, los que dicen ser judíos, y no lo son, sino que mienten; he aquí los haré que vengan y adoren delante de tus pies, y que sepan que te he amado.

10Ya que guardaste la palabra de mi paciencia, también yo te guardaré de la hora de la prueba que está por venir sobre toda la tierra, para poner a prueba a los habitantes de la tierra.

11Vengo pronto; retén lo que tienes, para que nadie tome tu corona.

12Al que venza, le haré pilar en el templo de mi Dios, y nunca jamás saldrá fuera, y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.

13El que tiene oído, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

A la iglesia en Laodicea

14Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea:

Estas cosas dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:

15Conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Quisíera que fueras frío o caliente!

16Así, puesto que eres tibio, y no caliente ni frío, te voy a vomitar de mi boca.

17Porque dices: Soy rico, y me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada—y no sabes que tú eres un miserable, y desdichado, y pobre, y ciego, y desnudo.

18Te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas, y no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y colirio para que te untes los ojos, para que veas.

19Yo reprendo y castigo a todos los que amo, sé celoso, pues, y arrepiéntete.

20He aquí, estoy a la puerta y llamo; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

21Al que venza, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo también he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

22El que tiene oídos, que oiga lo que el Espíritu les dice a las iglesias.

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