MATEO 22 - Segun el Texto Bizantino 2005

Parábola de la cena de bodas

1Y Jesús, respondiendo, les habló otra vez en parábolas, diciendo:

2El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo.

3Y envió a sus siervos para llamar a los invitados a la boda, y no quisieron venir.

4Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los invitados: He aquí, mi cena he preparado, mis toros y mis engordados han sido degollados, y todo está listo; venid a la boda.

5Pero ellos lo tuvieron en poco y se fueron, uno a su propia labor, otro a su negocio.

6Y los demás se apoderaron de sus siervos, a los cuales insultaron y mataron.

7Y oyéndolo aquel rey se enojó, y enviando a sus soldados, destruyó a aquellos homicidios, y quemó su ciudad.

8Entonces les dijo a sus siervos: La boda ya está lista, pero los llamados no eran dignos.

9Id, pues, a las salidas de los caminos, y a todos cuantos halléis, invitad a la boda.

10Y saliendo aquellos siervos a los caminos, recogieron a todos cuantos hallaron, a malos y a buenos; y se llenó la boda de invitados.

11Y al entrar el rey para ver a los invitados, vio allí a un hombre que no traía vestidura de boda;

12y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste acá sin traer ropa de boda? Pero él calló.

13Entonces dijo el rey a los siervos, Atadlo de pies y manos, tomadlo y echadlo a la oscuridad de afuera; allí habrá llanto y crujir de dientes.

14Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.

Dad a César lo que es de César

15Entonces fueron los fariseos y consultaron de cómo sorprenderle en alguna palabra.

16Y los discípulos de ellos le enviaron con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.

17Dinos, pues, ¿qué te parece? ¿Se permite dar impuestos a César, o no?

18Pero Jesús, conociendo la maldad de ellos, dijo: ¿Por qué me ponéis a prueba, hipócritas?

19Mostradme la moneda del impuesto. Y le trajeron un denario.

20Y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción?

21Le dijeron: De César. Entonces les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César; y a Dios lo que es de Dios.

22Y al oírlo, se maravillaron; y dejándole, se fueron.

Pregunta de los saduceos acerca de la resurrección

23En aquel día se le acercaron los saduceos, los cuales decían que no hay resurrección, y le preguntaron,

24diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin dejar hijos, se casará su hermano con su mujer, para levantar descendencia a su hermano.

25Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; y el primero se casó y murió; y no teniendo descendencia, dejó su esposa a su hermano.

26De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.

27Y al último de todos murió también la mujer.

28En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será esposa?, pues todos la tuvieron.

29Y contestó Jesús y les dijo: Os engañáis, no conociendo las Escrituras, ni el poder de Dios.

30Porque en la resurrección ni se casan, ni se dan en casamiento, sino que son como ángeles de Dios en el cielo.

31Pero acerca de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, diciendo:

32Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

33Y al oírlo las multitudes, se asombraban por su enseñanza.

Los dos mayores mandamientos

34Pero los fariseos, al ver que había hecho callar a los saduceos, se reunieron.

35Y preguntó uno de ellos, un maestro de la ley, poniéndole a prueba, y diciendo:

36Maestro, ¿cuál es el mandato más grande en la ley?

37Y Jesús le dijo: Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.

38Este es el primero y grande mandamiento.

39Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

40De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.

¿Qué pensáis del Mesías?

41Y reunidos los fariseos, les preguntó Jesús,

42diciendo: ¿Qué pensáis del Mesías? ¿De quién es Hijo? Le dijeron: De David.

43Les dijo: ¿Cómo, pues, David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:

44Dijo el SEÑOR a mi Señor:

Siéntate a mi derecha,

Hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies?

45Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo?

46Y nadie le podía responder palabra; ni se atrevió alguno desde aquel día a preguntarle más.

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