MARCOS 1 - Segun el Texto Bizantino 2005

1Principio del evangelio de Jesús Mesías, el Hijo de Dios.Juan el Bautista prepara el camino

2Como está escrito en los profetas:

He aquí, yo envío mi mensajero ante ti,

El cual preparará tu camino delante de ti.

3Voz del que clama en el desierto:

Preparad el camino del SEÑOR.

Enderezad sus sendas.

4Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados.

5Y salía a él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.

6Y Juan vestía pelo de camello, y traía un cinturón de cuero alrededor de sus lomos, y comía langostas y miel silvestre.

7Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de sus sandalias.

8Yo os bautizo con agua; pero él os bautizará con el Espíritu Santo.

Juan bautiza a Jesús

9Y sucedíó en aquellos días, que vino Jesús de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.

10Y en seguida al subir del agua, vio abiertos los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él.

11Y una voz vino desde los cielos: Tú eres mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento.

Tentación de Jesús

12E inmediatamente el Espíritu le impulsó al desierto.

13Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba con las fieras, y los ángeles le servían.

Jesús inicia su ministerio en Galilea

14Y después que Juan fue encarcelado, vino Jesús a Galilea, predicando el evangelio del reino de Dios,

15y diciendo: Se ha cumplido el tiempo, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos, y creed en el evangelio.

Jesús llama a cuatro pescadores

16Y andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.

17Y Jesus les dijo: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.

18Y en seguida dejaron sus redes y le siguieron.

19Y pasando de allí un poco, vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, estando ellos en la barca, remendando las redes.

20Y al instante los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.

Jesús echa fuera un espíritu inmundo

21Y entraron en Capernaúm; y de pronto en sábado entró en la sinagoga y enseñaba.

22Y se asombraban por sus enseñanzas, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

23Y había en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, que gritó,

24diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para destruirnos? ¡Sé quién eres, el Santo de Dios!

25Y Jesús le reprendió, diciendo: ¡Calla, y sal de él!

26Y convulsionándolo el espíritu inmundo y clamando a gran voz, salió de él.

27Y quedaron todos pasmados, de manera que se preguntaban entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva enseñanza es esta, que con autoridad manda también a los espíritus inmundos y le obedecen?

28Y de inmediato salió su fama por toda la región alrededor de Galilea.

Jesús sana a la suegra de Pedro

29Y de pronto saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.

30Y la suegra de Simón guardaba cama con fiebre, y en seguida le hablaron de ella.

31Y acercándose, la levantó, tomándola de su mano; y la dejó la fiebre inmediatamente, y les servía.

Jesús sana a mucha gente

32Y llegada la noche, al ponerse el sol, trajeron a él todos los que estaban enfermos, y a los endemoniados.

33Y toda la ciudad estaba reunida a la puerta.

34Y sanó a muchos enfermos de varias dolencias, y echó fuera muchos demonios, y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.

Jesús predica por toda Galilea

35Y muy de mañana, estando aún oscuro, se levantó y salió, y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.

36Y Simón y los que estaban con él le buscaron diligentemente.

37Y hallándole, le dijeron: Todos te buscan.

38Y les dijo: Pasemos a las aldeas próximas, para que predique también allí; porque para esto he venido.

39Y predicaba en las sinagogas de ellos por toda Galilea, y echaba fuera a los demonios.

Jesús sana a un leproso

40Y vino a él un leproso, rogándole y arrodillándose, y diciéndole: Si quieres, puedes sanarme.

41Y Jesús, movido a misericordia, extendiendo la mano, lo tocó, y le dijo: Quiero; sé limpio.

42Y al hablar él, al instante lo dejó la lepra, y quedó limpio.

43Y le encargó rigurosamente, y lo despidió,

44y le dijo: Mira, no le digas a nadie nada; sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para testimonio a ellos.

45Pero él, saliendo, empezó a predicar mucho y a divulgar la palabra, tanto que ya no podía entrar al abierto en una ciudad, sino que estaba afuera en lugares desiertos; y venían a él de todas partes.

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