JUAN 7 - Segun el Texto Bizantino 2005

Incredulidad de los hermanos de Jesús

1Y después de estas cosas andaba Jesús en Galilea; porque no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.

2Y estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos.

3Entonces le dijeron sus hermanos: Pasa de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean tus obras que haces.

4Porque nadie hace algo en secreto cuando procura darse a conocer públicamente. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.

5Porque ni siquiera sus hermanos creían en él.

6Les dijo, pues, Jesús: Mi tiempo todavía no ha venido; pero vuestro tiempo siempre está a la mano.

7No puede el mundo odiaros a vosotros; pero a mí me odia, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.

8Subid vosotros a esta fiesta; yo todavía no subo a esa fiesta, porque mi tiempo todavía no se ha cumplido.

9Y habiéndoles dicho estas cosas, se quedó en Galilea.

Jesús en la fiesta de tabernáculos

10Pero cuando habían subido sus hermanos, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.

11Así que los judíos le buscaban en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquel?

12Y había gran murmuración acerca de él entre las multitudes: Unos decían: Es bueno; otros decían: No, sino que engaña al pueblo.

13Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él por miedo a los judíos.

14Y ya en medio de la fiesta, subió Jesús al templo, y enseñaba.

15Y se asombraban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe este letras, sin haber estudiado?

16Entonces les contestó Jesús y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió.

17Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá de la enseñanza, si es de Dios, o si yo hablo de mí mismo.

18El que habla de sí mismo, busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y en él no hay injusticia.

19¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros guarda la ley? ¿Por qué me procuráis matar?

20Respondió la multitud y dijo: ¡Demonio tienes! ¿Quién te procura matar?

21Contestó Jesús y les dijo: Una sola obra hice, y todos os asombráis.

22Por eso Moisés os dio la circuncisión—no que sea de Moisés, sino de los padres—y en sábado circuncidáis a un hombre.

23Si un hombre recibe la circuncisión en sábado, para que la ley de Moisés no sea violada, ¿os enojáis conmigo porque sané completamente a un hombre en sábado?

24No juzguéis según la apariencia, sino juzgad con justo juicio.

La identidad de Jesús

25Decían, pues, unos de Jerusalén: ¿No es este el que procuran matar?

26Y he aquí habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán en verdad reconocido los gobernantes que este es verdaderamente el Mesías?

27Pero este, sabemos de dónde es; pero cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde sea.

28Entonces Jesús, enseñando en el templo, habló en alta voz y dijo: Sí, a mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y de mí mismo no he venido, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.

29Yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.

30Entonces procuraban prenderle. Pero nadie le echó mano, porque aún no había venido su hora.

31Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Mesías, cuando venga, ¿hará mayores señales que las que este ha hecho?

32Los fariseos oyeron a la multitud que murmuraba de él estas cosas; y los fariseos y los principales sacerdotes enviaron alguaciles para que le prendieran.

33Dijo, pues, Jesús: Todavía un poco de tiempo estoy con vosotros, y luego voy al que me envió.

34Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estaré, vosotros no podréis venir.

35Entonces los judíos dijeron para sí: ¿Adónde va a irse este, que nosotros no le hallaremos? ¿Acaso va a irse a la dispersión entre los griegos, para enseñar a los griegos?

36¿Qué palabra es esta que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y adonde yo estaré, vosotros no podréis venir?

Ríos de agua viva

37Y en el último y gran día de la fiesta Jesús se puso de pie y alzó la voz, diciendo: Si alguien tiene sed, venga a mí y beba.

38El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su interior.

39Pero esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él; porque el Espíritu Santo aún no había sido dado, pues Jesús aún no había sido glorificado.

40Muchos, pues, de la multitud, al oír este dicho, decían: Este es verdaderamente el Profeta.¿Es este el Mesías?

41Unos decían: Este es el Mesías. Otros decían: ¿De Galilea ha de venir el Mesías?

42¿No dice la Escritura que de la simiente de David, y de la aldea de Belén, la aldea donde estaba David, el Mesías viene?

43Hubo entonces disensión entre la multitud a causa de él.

44Y algunos de ellos quisieron tomarle preso, pero nadie le echó mano.

45Vinieron, pues, los alguaciles a los principales sacerdotes y a los fariseos, y les dijeron estos: ¿Por qué no le trajisteis?

46Y contestaron los alguaciles: ¡Nunca nadie habló como este hombre!

47Entonces les respondieron los fariseos: ¿También vosotros habéis sido engañados?

48¿Habrá creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos?

49Pero esta multitud que ignora la ley es maldita.

50Les dijo Nicodemo—el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos.

51¿Acaso juzga vuestra ley a un hombre, sin antes oírle y saber lo que hace?

52Contestaron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.

53Y se fue cada uno a su casa.

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