SANTIAGO 2 - Segun el Texto Bizantino 2005

El pecado de la parcialidad

1Hermanos míos, no tengáis la fe de nuestro glorioso Señor Jesús Mesías con acepción de personas.

2Porque si en vuestra sinagoga entra un hombre con anillo de oro y ropa elegante, y también entra un pobre con ropa sucia,

3y fijáis la atención en el que trae la ropa elegante, y le decís: Tú siéntate aquí, en un buen lugar; y al pobre le decís: Tú estate allí de pie, o siéntate aquí bajo mi escabel;

4¿no hacéis discriminación en vosotros mismos, y venís a ser jueces de malos pensamientos?

5Escuchad, hermanos míos amados. ¿No ha escogido Dios a los pobres del mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

6Pero vosotros habéis insultado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los que os arrastran a los tribunales?

7¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual sois llamados?

8Si de veras cumplís la ley real, según la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis.

9Pero si mostráis favoritismo, cometéis pecado, y sois convictos por la ley como transgresores.

10Porque cualquiera que guarde toda la ley, pero tropiece en un punto, se hace culpable de todos.

11Porque el que dijo: No cometerás adulterio, dijo también: No matarás. Y si no cometes adulterio, pero matas, te has hecho transgresor de la ley.

12Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad.

13Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia; la misericordia triunfa contra el juicio.

La fe sin obras está muerta

14¿Qué aprovecha, hermanos míos, si alguien dice tener fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo?

15Y si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del alimento diario,

16y alguno de vosotros les dice: Id en paz; calentaos y saciaos; pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?

17Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma.

18Pero dirá alguien: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe por tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

19Tú crees que Dios es uno; bien haces; también los demonios creen, y tiemblan.

20¿Pero quieres saber, oh hombre vano, que la fe sin las obras está muerta?

21Abraham, nuestro padre, ¿no fue justificado por las obras cuando ofreció a Isaac su hijo en el altar?

22¿Ves que la fe actuaba con sus obras, y que la fe fue perfeccionada por las obras?

23Y se cumplió la Escritura que dice: Le creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.

24Veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solo por la fe.

25Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por las obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?

26Porque como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.

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