Job 30 - Biblia Reina Valera 1909

1MAS ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí;

Y todos les daban grita como al ladrón.

6Habitaban en las barrancas de los arroyos,

En las cavernas de la tierra, y en las rocas.

7 cp. 6.5. Bramaban entre las matas,

Y se reunían debajo de las espinas.

8Hijos de viles, y hombres sin nombre,

Más bajos que la misma tierra.

9 cp. 17.6. Sal. 69.12. Lm. 3.14. Y ahora yo soy su canción,

Y he sido hecho su refrán.

10Abomínanme, aléjanse de mí,

Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.

11Porque cp. 12.18.

Dios desató mi cuerda, y me afligió,

Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.

12A la mano derecha se levantaron los jóvenes;

Empujaron mis pies,

Y cp. 19.12.sentaron contra mí las vías de su ruina.

13Mi senda desbarataron,

Aprovecháronse de mi quebrantamiento,

Contra los cuales no hubo ayudador.

14Vinieron como por portillo ancho,

Revolviéronse á mi calamidad.

15Hanse revuelto turbaciones sobre mí;

Combatieron como viento mi alma,

Y mi salud pasó cp. 7.9.como nube

16Y 1 S. 1.15.ahora mi alma está derramada en mí;

Días de aflicción me han aprehendido.

1 Job afirma de nuevo2 su integridad

17De noche taladra sobre mí mis huesos,

Y mis pulsos no reposan.

18Con la grande copia de materia mi vestidura está demudada;

Cíñeme como el cuello de mi túnica.

19Derribóme en el lodo,

Y soy semejante al polvo y á la ceniza.

20Clamo á ti, y no me oyes;

Preséntome, y no me atiendes.

21Haste tornado cruel para mí:

Con la fortaleza de tu mano me amenazas.

22Levantásteme, é hicísteme cabalgar sobre el viento,

Y disolviste mi sustancia.

23Porque yo conozco que me reduces á la muerte;

Y á la casa determinada á todo viviente.

24Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro;

¿Clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?

25 Sal. 35.13,14. ¿No lloré yo al afligido?

Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso?

26 Jer. 8.15 y 14.19. Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal;

Y cuando esperaba luz, la oscuridad vino.

27Mis entrañas hierven, y no reposan;

Días de aflicción me han sobrecogido.

28 Sal. 38.6 y 42.9 y 43.2. Denegrido ando, y no por el sol:

Levantádome he en la congregación, y clamado.

29He venido á ser hermano de los dragones,

Y compañero de los buhos.

30 Sal. 119.83. Lm. 4.8 y 5.10. Mi piel está denegrida sobre mí,

Sal. 102.3. Y mis huesos se secaron con ardentía.

31Y hase tornado mi Lm. 5.15.arpa en luto,

Y mi órgano en voz de lamentadores.

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