1El anciano y máximo líder de nuestra comunidad cristiana, a la iglesia escogida y a los hijos que han nacido en ella, a quienes yo amo con el amor sacrificial de Dios en Cristo viviendo la verdad e identificándome con ella, y no solo yo, sino todos los que han conocido y vivido la verdad.
2Los amamos por causa de esa verdad, que es la coherencia del pensamiento con la realidad, que permanece en nosotros y estará con nosotros para siempre, gobernando nuestras vidas.
3La gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo, la misericordia, que es tener compasión por los demás y la paz, que es vivir y cuidar la justicia, estará con nosotros, de parte de Dios Padre y también de Jesucristo el Hijo, que nos hace permanecer siempre en la verdad y en el amor sacrificial de Dios en Cristo.
Tengan el amor sacrificial y cuídense de los enemigos de Cristo4He encontrado algo que fundamenta mi alegría, que los hijos de la iglesia están caminando constantemente en la verdad que genera una coherencia de vida, tal como ha sido el mensaje que nos ha dado el Padre a través del Hijo Jesucristo.
5Ahora te suplico ¡Oh amada iglesia!, no escribiendo un nuevo mandamiento, sino profundizando y viviendo el mandamiento que teníamos desde el principio, que consiste en que nos amemos con el amor sacrificial de Dios en Cristo, que es nuestro ejemplo de amor a imitar.
6Practicar el amor sacrificial de Dios en Cristo significa que caminemos permanentemente según sus mandamientos: y este mandamiento es que vivan en el amor sacrificial de Dios en Cristo, como lo escucharon desde el principio.
7Pues muchos mentirosos salieron al mundo negando la humanidad de Jesucristo, el que niegue la encarnación es un enemigo de Cristo.
8Observen ustedes mismos y tengan cuidado para que no pierdan los frutos que han ganado con su trabajo en la vida cristiana, más bien piensen en el hermoso premio que recibirán.
9Todo el que distorsiona y no permanece en la enseñanza de Cristo no tiene a Dios; el que constantemente permanece y vive en la enseñanza de Cristo tiene al Padre y al Hijo.
10Si alguien viene hasta ustedes y no trae la enseñanza de Jesucristo, no lo reciban en su casa y tampoco lo saluden.
11El que salude a las personas que traen malas enseñanzas está compartiendo sus malas obras.
Despedida12Quisiera escribirles muchas cosas, pero prefiero no hacerlo en papel y en tinta, porque mi deseo es ir personalmente hacia ustedes y así compartiremos una plena comunión y alegría.
13La iglesia escogida, sus hermanos y hermanas en la fe, les mandan saludos a ustedes.
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