Salmos 144 - Reina Valera 1995

SALMO 144Oración pidiendo socorro y prosperidad Salmo de David

1¡Bendito sea Jehová, mi roca,

quien adiestra mis manos para la batalla

y mis dedos para la guerra!

2Misericordia mía y mi castillo,

fortaleza mía y mi libertador,

escudo mío, en quien he confiado;

el que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

3Jehová, ¿qué es el hombre para que en él pienses,

o el hijo de hombre para que lo estimes?

4El hombre es como un soplo;

sus días son como la sombra que pasa.

5Jehová, inclina tus cielos y desciende;

toca los montes, y humeen.

6Despide relámpagos y disípalos;

envía tus saetas y túrbalos.

7Extiende tu mano desde lo alto;

redímeme y sácame de las muchas aguas,

de manos de los hombres extraños,

8cuya boca habla falsedad

y cuya diestra es diestra de mentira.

9A ti, Dios, cantaré un cántico nuevo;

con salterio, con decacordio cantaré a ti.

10Tú, el que da victoria a los reyes,

el que rescata de maligna espada a David tu siervo.

11Rescátame, y líbrame

de manos de los hombres extraños,

cuya boca habla falsedad

y cuya diestra es diestra de mentira.

12Sean nuestros hijos como plantas

crecidas en su juventud,

nuestras hijas como esquinas

labradas cual las de un palacio;

13nuestros graneros llenos,

provistos de toda suerte de grano;

nuestros ganados, que se multipliquen a millares

y decenas de millares en nuestros campos;

14nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;

no tengamos asalto, ni que hacer salida,

ni grito de alarma en nuestras plazas.

15¡Bienaventurado el pueblo que tiene todo esto!

¡Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová!

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